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Crítica de cine
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

‘Baltimore’: una estimable película sobre una aristócrata inglesa que se pasó al IRA

Rose Dugdale, su personaje real protagonista, fue la heredera de una fortuna que se alistó en la organización después de la masacre del Domingo Sangriento de 1972

Imogen Poots, en 'Baltimore'.
Javier Ocaña

El cine es singularidad, contradicción, conflicto, búsqueda del lado más recóndito e insospechado del ser humano. Por eso son tan interesantes, con independencia de los resultados finales, las películas políticas que abordan los ideales que degeneran en incoherencias o autodestrucciones; las barrabasadas que desembocan en un cierto sentido común, y las personalidades de las que no se esperan ni esos pensamientos ni tales actitudes. Por poner unos cuantos ejemplos: puede tener mucho más recorrido emocional y dramático una historia sobre Dionisio Ridruejo o Julián Besteiro, que una sobre Francisco Franco o Manuel Azaña. O, adentrándonos ya en la materia terrorista de Baltimore, película irlandesa dirigida por Christine Molloy y Joe Lawlor, y siguiendo con nombres españoles, puede tener infinita más rugosidad, atractivo y complejidad una película acerca de Yoyes o Urrusolo Sistiaga, que otra sobre Txapote.

Por todo ello se ve con tanta sugestión Baltimore, pese a no ser una gran película. Rose Dugdale, su personaje real protagonista, no fue un miembro del IRA cualquiera en los años setenta del pasado siglo. Era una aristócrata inglesa, heredera de una fortuna por vía materna, que se alistó en la organización después del llamado Domingo Sangriento, la masacre de enero de 1972, cuando soldados británicos dispararon a civiles desarmados en Derry durante una marcha de protesta, y murieron 14 personas. Dugdale tenía ya 30 años cuando empezó los os con el IRA, culminando así un proceso de radicalización que la había llevado desde la rancia ceremonia de debutantes, a los 17 años, en el Palacio de Buckingham y ante la reina Isabel, a uno de los más famosos robos de obras de arte de la historia. Este es el núcleo central de la película: 19 cuadros de pintores célebres —Vermeer, Rubens, Goya y Velázquez, entre otros—, colgados de las paredes de la Casa Russborough, una mansión del siglo XVIII en el Oeste de Irlanda reconvertida en museo, propiedad de un millonario exparlamentario, donde se adentró un pequeño grupo de pistoleros del IRA, incluida Dugdale.

Imogen Poots, en 'Baltimore'.

La chica rica que se convirtió en terrorista después de estudiar Económicas en Oxford, abandonar algo más tarde su puesto como docente, vender su lujoso piso en Chelsea y donar lo obtenido, además de su parte de herencia familiar, a comedores sociales, está interpretada por Imogen Poots. Dotada de una imagen poderosa y excepcional, y de una mirada un tanto agria, la actriz de Vivarium y El padre compone un personaje esquivo que lucha internamente con todas sus contradicciones, y que sus dos directores y guionistas, Molloy y Lawlor, presentan con mayor enjundia en su escritura que en su puesta en escena. Mientras en la dirección se abusa de las cámaras lentas y se introducen típicos detalles de montaje del cine de los setenta, como las multiplicaciones de pantalla, que nada aportan a su narrativa, en el guion, sin embargo, se suceden los matices gracias a una estructura fragmentada que le permite abordar distintos tiempos, compartimentando temas y subtextos, y manteniendo el núcleo central del robo.

El seductor hecho real se impone en todo momento sobre la simplemente estimable película, pero en algunos de los acontecimientos descritos por Molloy y Lawlor reside la esencia de la historia. Por un lado, el interiorizado clasismo en todas las instituciones y poderes británicos, incluido el judicial, y cómo el sistema siempre resulta triunfador. Y por otro, que una marxista como Dugdale, que había decidido luchar por los desfavorecidos, se cruzara en sus fieros despropósitos terroristas con el disparate de provocar el sufrimiento de no pocos inocentes. La violencia, llevándose por delante los ideales.

Baltimore

Dirección: Christine Molloy, Joe Lawlor.

Intérpretes: Imogen Poots, Tom Vaughan-Lawlor, Lewis Brophy, Dermot Crowley. 

Género: thriller. Irlanda, 2023.

Duración: 124 minutos.

Estreno: 12 de junio.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.
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