Los fundadores de ‘Watif’: “Los jóvenes quieren sentir que los escuchan”

Durante su estancia en Estados Unidos, Emilio Doménech (Alcoy, 31 años) el fundador de Watif, el medio independiente más fresco del panorama actual, observó que los espacios independientes de nicho contrastaban con un mercado español dominado por propuestas generalistas. Esta situación le llevó a plantearse la posibilidad de crear un proyecto dirigido por jóvenes con un enfoque distinto. Para materializar la idea, buscó financiación para montar un medio independiente centrado, inicialmente, en newsletters. Doménech recuerda que la idea surgió en octubre de 2024 en un restaurante. “Entre mensajes y audios, mientras debatíamos sobre el futuro, se nos ocurrió el nombre Watif”, afirma. Al comprobar que los dominios que incluían la palabra whatif (¿Qué pasaría si...? en castellano) estaban libres, interpretaron la ocasión como una señal para avanzar. “Nuestro nombre es una pregunta llena de posibilidades”, aseguran.

Ser periodista no siempre estuvo en sus planes. “Yo comencé estudiando ingeniería técnica aeronáutica en Madrid, pero, aunque me fascinaban los aviones, siempre me atrajo contar historias”, señala. Finalmente dejó la aeronáutica para estudiar Periodismo en la Complutense, pero la saturación de periodistas le hizo ver que había que buscar caminos propios. El equipo de Watif está compuesto por profesionales de diversas áreas, lo que les permite abordar la información desde una perspectiva multidisciplinar y dinámica.

Doménech, conocido por su profunda cobertura de la política estadounidense y por ser pionero en el uso de nuevos formatos periodísticos, aporta su experiencia adquirida en medios como Newtral, laSexta y Vanity Fair. Mar Manrique (Sant Cugat del Vallès, 26 años), creadora del boletín Fleet Street, ofrece una visión especializada en medios, comunicación y tendencias, con un fuerte alcance en España y Latinoamérica. Bosco Bárcena (Bilbao, 37 años), exredactor de La Wikly, enriquece el equipo con su capacidad para analizar temas sociales relacionados con la ciencia y la tecnología. Por último, Marina Enrich (Barcelona, 26 años), experta en comunicación digital y redes sociales, complementa la formación del grupo con una perspectiva fresca y conectada con las nuevas generaciones.

Para el equipo de Watif, la conexión humana en el periodismo es esencial. Según Manrique, la figura del periodista en los medios tradicionales parece pertenecer a una élite distante, lo que se traduce en un trato impersonal. En contraste, en el medio se apuesta por mostrar a los profesionales con nombre y apellidos, compartiendo anécdotas y conectando directamente con el público. “Esta cercanía se plasma tanto en videopodcasts en vivo como en eventos donde la interacción es parte integral de la experiencia”, asegura. Este enfoque es una de las claves para conectar con la generación Z. Su contenido semanal se basa en hablar sobre tendencias. Doménech aclara que no se trata de modas pasajeras. El modelo de negocio de Watif parte de la apuesta por la comunidad. Manrique asegura que actualmente cuentan con 250 suscriptores de pago y que su objetivo es llegar a cifras similares a las de medios independientes consolidados como El Orden Mundial, que ya ha pasado los 6.000 suscriptores. “Nuestros suscriptores participan en un club digital, acceden a eventos en vivo y disfrutan de descuentos, además de interactuar a través de canales como WhatsApp, lo que refuerza el sentido de pertenencia”, explica.

El perfil de la audiencia es otro pilar fundamental para el proyecto. Bárcena explica que los datos muestran que, en redes, la audiencia es considerablemente joven (principalmente, entre los 20 y 44 años), mientras que en la newsletter el público es algo mayor, aunque el 70% de sus suscriptores tiene menos de 44 años. “En redes, el público se reparte de forma bastante equitativa entre hombres y mujeres, aunque en temas STEM —siglas que identifican las disciplinas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas— puede haber una inclinación hacia lo masculino; sin embargo, otros temas, como las apps de citas o la soledad, tienden a tener mayor interés en el público femenino. En definitiva, se trata de una audiencia urbana, profesional y, sobre todo, con un fuerte deseo de consumir contenidos que les resulten cercanos y de calidad”, explica.

Respecto a la captación de suscriptores jóvenes, Bárcena cree que la fórmula secreta se basa en hablar con ellos desde una posición muy cercana, de igual a igual. “Ellos quieren sentir que los escuchan, que los valoran y que sus opiniones importan”, afirma. Además, asegura que en las redacciones es fundamental contratar a gente joven, pero no solo eso, sino además darles voz y voto. “Si un directivo mayor intenta imponer un discurso desconectado de la realidad de los jóvenes, difícilmente logrará captar su atención. Por ello, la clave es la autenticidad y la cercanía”, aclara.

¿Y cómo han conseguido el dinero? En materia de inversión y financiación, Doménech detalla que han realizado una ronda de financiación en la que han participado inversores como la familia Cabiedes, dueños de Europa Press, Newtral, Grupo Sumando, especializado en energías renovables, principalmente fotovoltaicas, y business angels como el CFO de Penguin Random House Global y Juanjo Mostazo, un inversor del mundo startup.

El camino no ha estado exento de dificultades: “Hubo momentos en los que las jornadas se extendían hasta las cuatro de la mañana, grabábamos 10 horas de videopodcast y terminábamos una newsletter con un estrés considerable”, recuerda Doménech. La adaptación a una verdadera redacción, con revisiones constantes y coordinación entre los distintos roles, fue todo un reto. Hoy, la organización del día a día se rige por la flexibilidad y la coordinación remota. “No contamos con oficina fija. Cada uno trabaja desde su ciudad: yo en Madrid, Mar en Barcelona y Bárcena en Pamplona”, cuenta Doménech. Utilizan herramientas como Slack y Todoist para coordinar las tareas. Cuando es necesario, se reúnen en algún espacio que se convierte temporalmente en su hub —por ejemplo, en Tramo, un restaurante que les presta espacio para grabar el videopodcast— y aprovechan esos momentos para sincronizarse. “Somos un equipo muy horizontal y, a pesar de la distancia, mantenemos un o constante”, concluyen.